Regreso a Casa: Compañeros presos

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El atlante observó a la sacerdotisa durante toda la narración sin apenas mover un músculo, sus ojos dorados fijos en el rostro de la mujer que ahora frotaba sus dedos con fuerza, casi como si intentase arrancárselos.

-Has mencionado que los magos poseían un poder mágico inesperado. ¿Se trata de algún artefacto o fuente de poder que hayáis perdido? -preguntó por fin.

-No, en absoluto. Hemos venido bien equipados, pero el único objeto digno de mención es un pilar de comunicación que nos fue encomendado por los telépatas atlantes para informar de nuestro avance.

-¿Has notado tú algún cambio en tus capacidades mágicas?

Xera’nel se mordió el labio y no pudo evitar echar una ojeada a su alrededor. Taryc, sin poder evitar su impaciencia, se acercó hacia ellos y se cruzó de brazos ante la drow. Algo en su interior seguía instándola a terminar con la discusión lo antes posible.

-Así es, mi señor -contestó por fin Xera’nel-. Al buscar el favor de Yulus he podido notar que la potencia con la que canalizo su poder es mayor; casi dolorosa. Mi arma -dijo tomando su maza y mostrándola al atlante- parece vibrar sin cesar, desbordante de energía mágica.

Taryc lanzó una mirada de inteligencia al atlante, que asintió diciendo:

La Llama está en Vilia.

-Sí -lo interrumpió Taryc para impedir que dijese más de lo necesario-, pero, ¿dónde? -y luego se volvió hacia la drow-: Hay algo que no nos has dicho todavía. ¡Desembucha!

Taryc se permitió una sonrisa satisfecha al recibir la mirada asesina de la drow. Lo mejor sería no darle la espalda mientras estuviese cerca.

-No os estoy ocultando nada -dijo Xera’nel y añadió algunas palabras en su propio idioma, que Taryc prefería no conocer, antes de volver a la lengua común y dirigirse a Ashazaar-. He intentado ser lo más directa posible dadas las circunstancias, mi señor. Pero hay detalles que puedo contaros y que he considerado que no serían de interés. 

-Dinos cuál es el que me más te preocupa -ordenó Ashazaar.

-Al partir del campamento me crucé con un grupo de traidores que regresaban con dos enormes esferas de lo que parecía piedra transparente o cristal. Dos figuras se hallaban en su interior, pero no pude verlas con claridad.

Nos has visto al llegar, ¿verdad? -le imprecó Taryc-. Has visto el destello de luz y el orbe en el que estaba Ashazaar. ¿Eran así?

Xera’nel dudó en contestar a la pregunta, pero un gesto de Ashazaar la conminó a ello. La drow asintió.

-Perfecto -continuó Taryc-. Parece que vamos a tener que ir a ese campamento drow.

-¿Me ayudaréis, entonces?

-Así es -contestó Ashazaar-. Si hay una amenaza contra el pueblo atlante seremos los primeros en intervenir.

Taryc se puso rígida de repente.

-Y rescataremos a nuestros compañeros, ¿verdad? -añadió.

-Por supuesto. Pero antes, voy a necesitar más información sobre el enemigo y sobre el estado de vuestra misión, Xera’nel.

Taryc sintió como el dolor de cabeza se volvía más intenso por momentos. Sentía que su mejor oportunidad para salir de allí con la Llama de los Elfos era pasar a la acción lo antes posible. Quizás alguno de sus compañeros presos tenía la Llama consigo.

-¿De qué sirve retrasar la marcha, Ashazaar? Ya sabemos adónde tenemos que ir. Podéis hablar por el camino.

-En absoluto. Debemos estar preparados y decidir una estrategia antes de marchar.

Taryc estuvo a punto de contestar, pero en lugar de eso se dio la vuelta y se dirigió hacia la entrada de la caverna.

-¡Eh! ¿Adónde vas? -le preguntó Lidris-. Estamos en un lugar es muy peligroso. ¡No hagas ninguna tontería!

-No voy a ningún lado -contestó, y abandonó la caverna.


Taryc y Ashazaar se conocieron seis estaciones antes en mitad de las Montañas Azules el 17 de Armaiendra (VII) del 1508 d.S. En ese momento se ponían en contacto dos entidades que no habían coincidido desde las estaciones previas a la propia Separación: un Caballero del Dragón y un atlante.

Ambos encontraron terreno común en sus objetivos cuando Kaith se descubrió como uno de los pocos seres capaces de predecir el futuro. Descendiente de humanos y atlantes, fue a través suya que Ashazaar pudo descubrir la forma de vida de unos seres tan efímeros como los humanos, y que Taryc tuvo la oportunidad de conocer a un representante de los creadores de la Terra Conocida tal y como la conocía entonces.

Su relación nunca dejó de tener tiranteces debido a unas visiones en gran medida contrapuestas. Sin embargo también pudieron forjar una profunda amistad que aún a día de hoy se mantiene. Y no porque no la hayan puesta a prueba en numerosas ocasiones.

Este relato forma parte del Arco Argumental «Regreso a Casa», del Capítulo V de Vilia: Avatares del Renacer. Puedes encontrar todos los relatos relacionados con este arco a continuación:

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Autor: Ricardo García
Imágenes: Dalle v2
Inspiración: Grupo 1 del Capítulo V de Vilia: Avatares del Destino

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