«Voy a morir».
Las palabras se abrieron paso en la mente de Cordelia a través del dolor. Se apoyaba con dificultad una de las carretas que había venido a detener mientras el enorme lobo que acababa de golpearla continuaba olfateando a su alrededor en su busca.
«Mi brazo izquierdo esta destrozado. No puedo verlo a causa del conjuro de invisibilidad, pero lo noto.
«En cuanto vi a los lobos supe que este plan no saldría bien, que por mucho ruido que
hubiera alrededor o por muy invisible que fuera me olerían. Pero entonces, ¿porqué me lancé a ello?
«Hice lo mismo en la torre de guardia. No me importó la presencia de los basiliscos ni la cantidad de enemigos. También lo hice en la destrozada Kipavilla, arriesgándome a explorar sola cuando estábamos rodeados por Adaira sabrá qué serían esas cosas. Incluso en Puerta de las Tormentas, corriendo sola tras quien intentaba controlar a los guardias.
«¿Acaso me creo invencible?»
La mujer dejó escapar el aire de sus pulmones sin emitir un solo ruido tal y como había hecho en un millar de ocasiones anteriormente.
«No, no es eso. Lo que pasa es que este dolor insoportable que siento calma en parte otro que he estado ocultado: la culpa.
«Nunca he tenido las manos limpias, pero jamás había derramado sangre de un amigo, de un aliado. Y por mucho que me repita que tenia que hacerlo, que no me quedaba otra opción, que Rhodas ya no era
él y que había sido devorado por otra cosa, no puedo evitar sentir mis manos aún manchadas por su
sangre.
«Por eso no quiero que los demás lo sepan. Por eso no puedo contarlo.
«Pero, si era lo que tenia que hacer, los demás lo entenderían ¿verdad?
«¿Verdad?»
Apretando los dientes, Cordelia se atrevió a dar un paso hacia la parte frontal del carro, donde sabía que la esperaban varios lobos más pequeños atados al tiro. El enorme lobo gris, de pelaje legamoso y maloliente, se volvió hacia ella una vez más. Deliberadamente, se detuvo a olfatear sus alrededores mientras la mujer no lograba detener sus pensamientos.
«No. Alzarían su dedo acusador y me señalarían como culpable. Igual que tiempo atrás fui culpable de sobrevivir, de querer recuperar lo que era mío. Que jamas logré recuperar.
«Culpable de vivir mil vidas que no me pertenecían, de tener mil nombres robados al destino para cumplir mis objetivos. Culpable de tentar al destino viviendo tiempo robado.
«Rhodas lo sabía. Sabía que yo no era Cordelia, ni Aldara, ni Elisabeth, ni Lilianna, ni muchas otras. Él me conoció tiempo atrás y sabía de mi juego. Me guardó el secreto al igual que yo el suyo.
«Y aun así lo mate. Y aquéllos a los que debía dinero han muerto en Kipavilla. Y aquél del que me
quería vengar murió a manos de otro hace tiempo.
«El juego ha perdido la gracia. No tengo ánimos para robar y no queda nadie que sepa mi nombre.
Voy a morir y nadie nunca dirá mi nombre.
«Puede que sea esto lo que buscaba. Puede que sea esto lo que merezca.»
El lobo abrió sus fauces y se lanzó de nuevo contra la malherida y sangrante mujer. Cordelia no pudo hacer más que cerrar los ojos.
Campiña al sur de Puerta de las Tormentas, Media Esuarth. 20 de Marmadarim del 1509 d.S.
Rhodas y Cordelia son dos personajes que se incorporaron a la partida al comienzo del Capítulo IV de VIlia: Caminantes de Planos.
A diferencia de muchos otros personajes hasta entonces, ambos eran bribones y buscavidas. Nunca han buscado perjudicar a sus semejantes, pero siempre se han especializado en una sola cosa: sobrevivir.
Quizás fuese por eso que acabasen, con sus más y sus menos, haciendo buenas migas con Coren. Quizás por eso Hansi Belmont los acogiese en su grupo, posiblemente viendo algo de luz en sus apesadumbradas almas.
Pero los eventos por los que está pasando la región y, por extensión, el mundo, los han sobrepasado. La promesa de poder ha resultado ser tener un precio mayor del que Rhodas se imaginaba, y Cordelia se ha visto obligada a asesinar a su compañero ante el riesgo de que la oscuridad que lo estaba engullendo acabase haciendo lo mismo con toda Media Esuarth.
Cordelia está viviendo un momento decisivo en su vida que la cambiará para siempre… o que acabará con ella.
Este relato está enmarcado dentro del arco narrativo de la Sombra sobre Media Esuarth. Puedes ver otros relatos aquí y seguir las partidas de rol que continúan esta historia en Twitch y, una vez editadas y montadas, en YouTube.
La partida que continuará con este relato se jugará el próximo domingo, 26 de Marzo a las 17:30h CET. Puedes seguirla en directo en Twitch!
Autor: Beatriz Morales
Edición: Ricardo García
Ilustración: Beatriz Morales