Dentro de una historia es posible aplicar la creación colaborativa a muchos ámbitos. A través del conocimiento, la experiencia y el sentido común de un grupo de personas podemos crear una localización, tal y como un pueblo, una ciudad, una región o un país que sea original y atractivo, posiblemente único. En este marco, la exposición y contraposición de ideas entre los miembros de un grupo va refinando y aportando detalles. Mientras exista un acuerdo común entre los integrantes del grupo de mantener la consistencia y respetar las líneas propuestas por el iniciador de la idea, cada aportación proporciona mayor profundidad y mayor identidad a la localización que se está creando.
Por ilustrar el proceso con un ejemplo sencillo, podemos decir que en un grupo de tres personas, Juan será el iniciador en un proceso de Creación Colaborativa. Viene con una idea de un pequeño pueblo medieval que forme parte del territorio de un noble importante, que se comporta como un tirano. El pueblo tendría unos quinientos habitantes, y se dedicaría principalmente a la agricultura. Dentro de su historia, pretende proponer a los personajes que se opongan al yugo de este noble. No tiene muy claro cómo lo harán, y de hecho quiere dejarles libertad a los jugadores para que decidan de qué forma quieren oponerse (Juan es un firme defensor de la Creación Colaborativa también dentro de la narrativa y los juegos de rol).
Con esa información, Jaime plantea algunas preguntas: ¿Dónde se encuentra ese noble? ¿Quiénes podrían querer apoyarlo dentro del pueblecito? ¿A qué distancia se encuentra el centro urbano más cercano y de mayor tamaño? Entre los tres comentan distintas posibilidades, y deciden que el noble tiene su mansión en una ciudad de unos 3000 habitantes a unos 50 kilómetros de distancia. Para mantener el control sobre cada villa, ha creado la figura del Regidor, una persona de confianza que lo representa y que está dedicada a la administración.
En ese momento José levanta la mano, emocionado, y propone que sea el Regidor de este pueblecito quien realmente está oprimiendo al pueblo. El regidor se ha convertido en una persona de confianza para el noble, pero lo está engañando, y está desviando parte de los impuestos que recauda de los vecinos del pueblecito (mucho más altos de lo que impone el noble) para alguna causa oscura y siniestra. Posiblemente influenciada por algún Dios maligno.
La idea del Dios maligno no se ajusta al contexto de la historia que está planteando Juan, pero el resto de la propuesta le encanta. Los tres continúan discutiendo acerca de los motivos que impulsan al Regidor a obrar así, y los métodos que está utilizando para mantener su control sobre el pueblo y engañar a sus vecinos. La idea que han desarrollado entre los tres es mucho más rica de lo que cada uno podría haber creado por sí mismo en el mismo tiempo, y la profundidad que están otorgando a la historia es mucho mayor. Podrían salir muchas ramificaciones de esta sencilla idea.
Un proceso parecido puede aplicarse a muchos otros elementos de un mundo y una historia: facciones políticas, religiones, localizaciones, mapas, trasfondos, leyendas, objetos, personajes… Cada uno de ellos posee una influencia distinta en la historia, por lo que seguimos procesos propios y únicos a cada elemento.
Existen particularidades adicionales a la hora de tratar con grupos más grandes de personas, así como dinámicas que aportan comprensión sobre partes concretas de un lugar, un personaje o una historia. En el evento que llevaremos a cabo el próximo miércoles, 1 de Noviembre desarrollaremos una de estas dinámicas orientada a la Creación de Personajes y de Relaciones entre Personajes. Si estás interesado, ¡estás invitado a asistir!
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